¿Un zumo?¿Tentempié? o… ¿Gin tonic? según se tercie. La excusa era lo de menos. Lo realmente importante era poder pasar un buen rato con los “amiguetes” de la prensa, con esos periodistas que tan agradable han hecho siempre tu trabajo en la agencia de comunicación – salvo excepciones, pero ahora no es el momento de satisfacer a los curiosos del salseo-.
Hace años diríamos que esas quedadas esporádicas nos servían para ponernos al día de nuestras familias, de nuestra situación más personal, de las buenas nuevas en los medios de comunicación (nuevas revistas, nuevas secciones, nuevos formatos, eventos, etc.) así como también en las agencias de comunicación (regalitos sorpresa con novedades de producto, anuncios de nuevos clientes, presupuestos a mansalva…). Una relación romántica en la que todo eran alegrías, pasión, “seducción”, agradecimiento y compromisos a largo plazo. Años después estas relaciones se verían truncadas por un pequeño Dr. Evil. Un ser [como diría nuestra querida Rocío Carrasco] controlador que puso freno al “buen rollo” periodístico para convertir nuestras quedadas en pactos y acuerdos publicitarios, en los que la poesía se vio arrollada por la pura matemática.
Si. Lo sé. Esos buenos ratos con “amiguetes” tenían un doble fondo. Pues servían para sacar oportunidades para nuestros clientes y viceversa. Pues ¿qué son las relaciones públicas sino un intercambio de estrategias para el beneficio mutuo? Así es, pero, llámame romántica, a mí me gustaba más el flirteo (más puro y profesional) de los cafés de antaño.
No nos vamos a engañar. Estamos a las puertas de una nueva crisis económica que pretende sacudir los medios de comunicación tal como los entendemos hoy en día. Sin embargo, en mi yo romántico atisbo una luz (todavía algo tenue) hacia algo que creíamos haber perdido para siempre: la calidad de lo que es información. La noticia en su estado más puro. Nuestro icónico caso Watergate parece haber surgido de las cenizas para invadir nuestro espíritu más periodístico y recordar a los Dr. Evil que la información es poder y con ella avanzamos hacia un nuevo futuro en los medios de comunicación.
El big data, las declaraciones y entrevistas a los expertos, nuestros portavoces, los artículos de opinión, los contenidos exclusivos que hoy en día podemos tratar en formato webinar como el que hicimos para nuestro cliente ID Finance, vuelven a ser “La Sal de la Vida” de Anna Gavalda. Vuelven a aflorar la información que nos ha seducido a jóvenes y no tan jóvenes periodistas. Vuelven los medios de comunicación a la batalla del reportaje y del contenido más diferencial. En las agencias tenemos ahora la responsabilidad de convertir a nuestros clientes en la fuente de referencia para estos medios de comunicación y construir la narrativa que tanto se ha echado de menos y que en la mayoría de los casos ha caído en desuso. Dicho eso, querido periodista, ¿volvemos a tomar un café?